CIUDADANÍA Y LUCHA: BREVE ATISBO A LOS MOVIMIENTOS SOCIALES DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO AL POSMODERNO
Por Comunicación Social publicado 2020-03-10

POR: JOSÉ LUIS PÉREZ CASTILLO Y ALEXANDRA DANIELA CID GONZÁLEZ
Los Movimientos Sociales han emergido a lo largo de la historia por múltiples razones, entre las cuales están los excesos de quienes detentan el poder, la desigualdad y sobre todo, la falta de justicia. En este sentido, podemos recordar que México se erigió como nación a partir de un movimiento social: el de la Independencia, y que cien años después, un México convulso vivió la Revolución de principios del siglo XX, la cual dio paso con regularidad a movimientos de distinta índole, tales como los intelectuales surgidos en los años treinta, caracterizados por la decepción de la etapa revolucionaria, algunos de los cuales habían sido parte de la gestación intelectual de la lucha de prensa revolucionaria antiporfirista; impulsores del racionalismo educativo (como José Vasconcelos, Vicente Lombardo Toledano y Antonio Caso, que propagaron el libre pensamiento y la defensa de las ideas de los Flores Magón)[1]; y la misma generación de 1915, formada por jóvenes intelectuales mexicanos que en ese contexto, fundaron el Partido Acción Nacional.
Es así que la lucha por los derechos sociales, políticos, económicos y culturales de la ciudadanía han sido impulsados desde actores y organizaciones políticas nacidas de la sociedad y para la sociedad como lo es Acción Nacional, así como las que han enarbolado organizaciones campesinas, obreras o sindicalistas por mencionar algunas.
Ahora bien, esta sucesión de movimientos sociales ha variado en su forma, algunos han tenido manifestaciones pacíficas y otros radicales o violentas. Lo cual está estrechamente relacionado con los avances socioeconómicos, democráticos y políticos. Al respecto, resulta fundamental la consideración que hace María Guadalupe Moreno González, quien afirma que los movimientos sociales no obstaculizan el desarrollo de un país, sino que, contrario a la criminalización por parte del imaginario social, contribuyen al crecimiento de la ciudanía[2].
Es así, que la ciudadanía consciente de los retos a los que se enfrenta, se organiza a partir de realidades locales para buscar su transformación. Ejemplo de ello lo podemos ver en lo ocurrido a partir de 2011 en la comunidad rural indígena de Cherán, Michoacán, que se ha convertido en uno de los símbolos más descollantes de la posibilidad de resistir a la violencia de los cárteles de la droga y a la deforestación del territorio a través de la reconstrucción de una organización comunitaria autónoma. Movimiento que construye su éxito sobre la unidad de la comunidad, la solidaridad local y estrategias basadas en la movilización legal[3].
Pudiéramos decir entonces que los grandes movimientos del Siglo XX en México iniciaron así, a partir de ciudadanos que se organizaron en resistencia para transformar realidades: el pensamiento de los hermanos Flores Magón y la huelga en las minas de Cananea fuertemente reprimida, como antecedentes de la Revolución, la Ley Calles y la la opresión a los derechos de ejercer la religión de manera libre, como detonante del movimiento cristero, y las décadas de lucha de las mujeres por el reconocimiento de su ciudadanía, el derecho a votar y ser votadas y la igualdad de derechos constitucionales.
Podemos recordar también el navismo en resistencia civil pacífica al cacicazgo y al autoritarismo surgido en el San Luis Potosí de los años cincuentas y la feroz lucha por la democracia de Manuel J. Clouthier Maquío ante el claro fraude electoral de 1988.
Los estudiantes por su parte han constituido movimientos recordados por su resistencia a la represión, opresión y al autoritarismo, basta recordar lo sucedido en Tlatelolco en 1968, en uno de los momentos más dolorosos del siglo pasado y que representó un parteaguas en el despertar de la conciencia colectiva.
Recordemos también el movimiento zapatista y la guerrilla impulsada por el EZLN que en 1994 se pronunció por la defensa de los derechos indígenas, la democracia, la libertad, la justicia y en contra del neoliberalismo; y la transformación en el país a partir del avance democrático que representó la alternancia en el poder lograda en el año 2000.
En esta oleada de protestas sociales ininterrumpidas desde la revolución del México contemporáneo, podemos identificar las múltiples que en este México posmoderno se fortalecen día a día, como el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad encabezada por el poeta Javier Sicilia, el movimiento estudiantil #YoSoy132, la respuesta social a la desaparición forzada de los estudiantes de Ayotzinapa, el estallido de las autodefensas, el movimiento provida, el que está a favor de los derechos de la comunidad LGBTTTI, la lucha permanente de las mujeres contra la violencia de género y aquellos que se organizan en torno a la defensa de las instituciones democráticas de este país como Chalecos México y el Observatorio Ciudadano, por mencionar solo algunos.
Los movimientos sociales han evolucionado, pero mantienen los mismos detonantes, la falta de justicia social, la lucha entre los que ejercen el poder y los que no lo tienen y cuando el dialogo no se ha establecido o no se ha dado respuesta a las demandas sociales. En una complejidad de demandas común en todas las regiones del mundo en las que el estado se ha visto rebasado para dar respuesta a grandes sectores de la sociedad, pueblos despojados de sus tierras, explotación de recursos naturales, la ausencia clara del respeto a la dignidad de la persona humana y la inseguridad[4].
Ante la fragilidad democrática que vivimos en el país, amenazada por la continuidad de vicios del antiguo régimen, actos de corrupción, debilitamiento de las instituciones y organismos autónomos, el ejercicio del gasto público en dadivas y el exceso en el uso del poder del ejecutivo federal han contribuido en la perdida de la confianza en la misma, se extiende la oportunidad del fortalecimiento de la democracia y las libertades a partir del factor común que ha provocado los grandes cambios en el país: la ciudadanía organizada.
En este sentido, las nuevas circunstancias tecnológicas potencian el alcance de los movimientos, y es que, gracias a ellas, un problema local se puede convertir en nacional e internacional, potenciando su impacto, conectando actores de diferentes latitudes y pluralizando así la voz de quienes se manifiestan en protesta.
«La dimensión ciudadana está en la naturaleza social, comunitaria, de la persona, y sólo puede cumplirse comunitariamente, socialmente. No se realiza en la dispersión sino en la vinculación»[5].
Manuel Gómez Morín
Ejemplo de ello son las marchas realizadas por Chalecos México que, en 2019 pudieron escalar su movimiento a nivel nacional e internacional gracias a las redes sociales, por medio de las cuales realizaron convocatoria abierta a quienes coincidieran con sus demandas (respeto a los derechos humanos, reconocimiento de los derechos políticos, un sistema legal que objetivamente garantice el ejercicio de ambos, las políticas del gobierno federal, entre otras), logrando reunir a miles de personas en diversas ciudades de manera simultánea para manifestarse marchando.
«…quien ejerce el poder tenga también la responsabilidad de respetar y garantizar los derechos de quienes disienten con él. Donde no hay convivencia de mayorías con minorías, donde no se respetan los derechos políticos y humanos y todos los miembros de la comunidad, no hay democracia»[6]. Manuel Gómez Morín
Los movimientos sociales como interlocutores o como expresión directa de la sociedad civil siempre entablaran una relación directa con el Estado, llegando incluso, a pesar de una posible acción violenta del Estado sobre el a incidir en el mismo, son la manifestación de la sociedad civil ante la sociedad política.
Para concluir, recordamos lo que afirmó Adolfo Christilieb Ibarrola:
«Hacen oposición democrática los ciudadanos que integran los partidos políticos que agrupan a quienes no comparten las tendencias políticas de un gobierno o consideran inadecuadas las medidas que el poder poner en práctica para la solución de los problemas de la nación».
Lo cual tiene absoluta vigencia en un momento de la historia de nuestro país, donde nuestra democracia se pone en riesgo a base de continuas decisiones que merman las Instituciones de este país, y la lucha histórica de miles de ciudadanos que dieron su vida por la democracia y las libertades. Por lo que la función de oposición democrática exige, no solo a los partidos políticos y a sus actores, sino, a ciudadanas y ciudadanos, conformar una alianza que permita, como hemos visto a lo largo de este brevísimo recuento, resistir para transformar, al ser contrapeso real ante el autoritarismo y la opresión y construir así, la patria que anhelamos en la que el acceso a la seguridad, la salud, la justicia y las libertades sean una realidad no solo para esta generación, sino también para las venideras.
[1] Caloca, Eloy LA CONDICIÓN MEXICANA POSMODERNA: UN NUEVO CONFLICTO ¿SER MEXICANO, SER POSMODERNO Y MEXICANO, O SER POSMEXICANO?. Razón y Palabra [en linea]. 2008, (62), [fecha de Consulta 18 de Febrero de 2020]. ISSN: 1605-4806. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=199520738015
[2]Moreno González, M. G. (enero-abril de 2014). Movimientos sociales y desarrollo en México contemporáneo. (U. A. México, Ed.) Espacios Públicos, 17(39), 93-104. doi:ISSN: 1665-8140
[3] Artículo de Opendemocracy.net “Movimientos Sociales en México:raíces locales, luchas globales” Recuperado de https://www.opendemocracy.net/es/movimientos-sociales-en-m-xico-ra-ces-locales-lucha/ el 28 de enero de 2020.
[4] Aguilar García, F. J. (2019). Los movimientos sociales en la vida política mexicana (Primera Edición ed.). (I. d. Sociales, Ed.) Ciudad de México, México, D. F. , México: Universidad Nacional Autónoma de México. doi:isbn: 978-607-30-1569-1
[5] Informe de la Convención Nacional, México, D. F. 25 de febrero de 1949.
[6] Fundación Rafael Preciado. (2012). Antología: Ideas Fuerza. Ciudad de México: FRPH.
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EDITORIAL | TOMO 10
PorALEXANDRA DANIELA CID GONZÁLEZ publicado 2020-09-04 En
Recordar el mundo hasta antes de marzo de este año resulta extraño. De entonces a la fecha, las dudas remplazaron a las certezas y la creatividad se convirtió en una habilidad de supervivencia. La forma de relacionarnos con los demás, incluida nuestra propia familia cambió, nos adaptamos a demostrar afecto a través de la distancia, a trabajar en horarios y espacios compartidos, a encontrar nuevas formas de llevar sustento a casa.
México ha demostrado ser una sociedad resiliente. En medio de una de las épocas más dificiles en los últimos tiempos, que ha dejado a más de cincuenta mil familias de luto tan solo en los últimos meses, en una crisis que no solo es en materia de salud, sino económica y de seguridad, es posible ver ejemplos de personas trabajando por adaptarse al cambio y ayudar, en lo posible, a los demás.
Sin embargo, toda realidad tiene contrastes. Si bien el personal de salud, literalmente, está entregando la vida para luchar contra el virus que ha provocado la contingencia sanitaria, el sistema de salud tiene carencias no solo propias de vivir en una era de pandemia, sino que presenta carestías derivadas de políticas públicas sustentadas en un falso concepto de austeridad. Silvano Vitar explica las premisas sobre las que se fundamentan las políticas de austeridad y por qué y cómo estas al final, matan.
Dante Carrerón por su parte analiza las consecuencias que ha traido la extinción del seguro popular y la creación del INSABI y cómo esto ha influido en la difícil situación del sistema de salud en México.
En el mismo sentido, Pablo López de la Fundación Nariz Roja narra las decisiones que se tomaron para que al día de hoy, niños y niñas con cáncer sigan sufriendo de la falta de medicamentos en el país. Cuenta también acerca del esfuerzo que están haciendo desde esta Asociación Civil para recaudar fondos y apoyar a los padres y madres de familia en su lucha por el abasto de medicinas para sus hijos e hijas.
Por su parte Cristina Guzmán nos aproxima a comprender la realidad que viven las niñas y los niños con hipoacusia, una condición en muchos sentidos invisible. Lo cual, lo hace desde una perspectiva personal al narrar el camino que ha vivido con su hija, y ahora con familias como la suya, que trabajan unidas para lograr mejores condiciones de vida y oportunidades para sus hijos.
Martha Navarro reflexiona sobre los cambios en nuestros tiempos y se centra especialmente en el impacto que estos han tenido en la infancia en México. Le habla a padres y madres, a maestras y maestros, invintándoles a asumir una perspectiva de colaboración, orientada a la comprensión del otro, el cuidado y la búsqueda del bienestar común partiendo del autoconocimiento y la autoestima.
En otro orden de ideas, Alejandro Velázquez rememora cómo ha sido el camino hacia la ciudadanización de los organismos electorales, así como la importancia que tiene el defender su autonomía y por lo tanto, nuestra democracia.
Miguel Peñaflor por su parte analiza las redes sociales como medios de información alternativos y el papel que han tenido en el debilitamiento del monopolio de la información, en la transparencia y en las nuevas interacciones sociales.
En la sección Otras Latitudes, el Diputado argentino Álvaro Martínez identifica cómo en el transcurso de este tiempo, las instituciones democráticas en su país han sufrido distintos atropellos, producto de un enamoramiento de la cuarentena bajo la falsa dicotomía de salud o economía, la cual, nos dice, solo le es funcional a los gobernantes adictos al poder. Escenario que es posible identificar no solo en la Argentina.
Finalmente Camilo Arenas de Colombia, presenta un análisis de la forma en la cual están trabajando los Parlamentos Hispanoamericanos en tiempos de Covid, momento histórico que plantea nuevos desafíos en el uso de las tecnologías en las democracias modernas.
En este décimo tomo de Humanismo y Sociedad, buscamos presentar ejemplos sobre la aportación que se está haciendo desde la sociedad civil organizada a los grandes temas en el México de hoy, así como los cambios y embates que las instituciones democráticas están sufriendo en estos tiempos en América Latina.
Esperamos que todas estas reflexiones contribuyan a la tan necesaria discusión pública y permitan revalorar la aportación de la ciudadanía, así como identificar aquellos conceptos, políticas públicas, posturas y toma de decisiones que ponen en peligro las instituciones de nuestra vida democrática, para poder encontrar puntos de encuentro, hoy más necesarios que nunca.

MENSAJE DEL PRESIDENTE | TOMO 10
PorJUAN FRANCISCO AGUILAR publicado 2020-09-04 En
Al momento de escribir este mensaje, hay más de 55,000 muertes por Covid en México. Día con día se actualizan los datos oficiales en la conferencia del Subsecretario López Gatell, los Secretarios de Salud de los Estados rinden su propio informe y Google tiene un contador que actualiza la información de manera permanente. Invariablemente, los datos son diferentes.
Desde los gobiernos de los Estados se ha manifestado que las cifras presentadas no corresponden con las que ellos reportan, identificándose un desfase de hasta tres semanas y un sub registro de casos y fallecimientos en todo el territorio nacional.
La cantidad de contagios, de personas hospitalizadas -por lo tanto de camas disponibles- y de muertes se han convertido en un recuento automatizado, presente en el discurso diario de gobierno y en el de los medios de comunicación.
El 10 de agosto, cuando había 53,003 mexicanos muertos, el Presidente en su conferencia criticó el conteo de personas fallecidas que hacen los medios de comunicación, en el que se señala el lugar mundial que llevamos en el número de decesos, en el que se ubica a nuestro país en este tema, para al final, decir que esto es muy lamentable (el conteo, no las muertes) y explica lo que a su parecer es la razón de las críticas: “no les gusta el cambio”.
Esta frase resume la postura que el gobierno ha tomado al momento de asumir responsabilidades por el fracaso en la estrategia de salud frente al Covid, frente al desabasto de medicamentos para niños y niñas con cáncer, frente a los años más violentos en la historia del país, en suma, frente a todo.
Esa postura indolente, que no asume responsabilidades, que no muestra capacidad de escucha y de toma de decisiones para cambiar el rumbo frente al fracaso, se ha convertido en un signo característico de este gobierno.
Esta incapacidad para corregir es una negligencia que día a día cobra vidas. Lo que manifiestan al minimizar el conteo en el número de personas contagiadas y fallecidas, es que ven números, no nombres. Se les olvida que cada uno de los números que tanto les molesta que se sigan incrementando es un mexicano o mexicana, que son miles de familias en duelo.
Desde aquí envío mis condolencias a las familias de todos y todas aquellas personas que ya no están por esta terrible tragedia que estamos viviendo. Sirva también como modesto homenaje a las y los panistas a quienes extrañaremos. A las mujeres y hombres del país que se han ido en un corto tiempo por esta enfermedad. Recordamos sus nombres, son irremplazables.
#50milFamiliasdeLuto
#LutoNacional