EL MÉTODO HOMEOPÁTICO DE LÓPEZ PARA ELIMINAR LA POBREZA


Por Comunicación Social publicado 2020-04-13



POR: LINDA SOFÍA DIMITROV
Licenciada en Economía, Maestra en Ciencias Políticas y Consultora en Imagen Política. 
@dimitrov_sofia
 
Tan confusa como su definición, la homeopatía es el método curativo de algunas enfermedades que se fundamenta en la aplicación de pequeñas dosis de algunas sustancias, que, si se aplicaran en grandes proporciones a un individuo sano, produciría los mismos síntomas que se supone está combatiendo.

En otras palabras, esta terapia usa la misma sustancia que causa estos síntomas, pero diluida en agua hasta proporciones infinitesimales. Ejemplo: la cafeína espabila, según la homeopatía si se toma en proporciones ínfimas, hace lo opuesto: te duerme. Para poder preparar un tónico para dormir ¿se disuelve una porción de cafeína en 99 porciones de agua. Después esta solución se disuelve en otras 99 porciones de agua y así sucesivamente. Cada que se disuelve esta porción se denomina (CH) y existen preparados con 6CH, 20CH, o 100CH. A veces el resultado equivale a depositar una gota de principio activo en todos los océanos del planeta. ¿Verdad que suena absurdo? Pues así suena para los economistas las políticas populistas que está empleando López Obrador y lo más impresionante es que, como en la homeopatía, tiene muchísimos seguidores que lo defienden y creen que son la forma correcta de combatir la pobreza. El resultado económico con López es: pobres más pobres, y con la homeopatía: enfermos más enfermos.

El panorama actual es desolador para la 4T, si no hay crecimiento no va a haber recursos para salud, campo, vivienda, educación y mucho menos para los programas clientelares de López. Para poder reactivar la economía es necesario buscar medidas basadas en criterios técnicos y no ideológicos, se tiene que curar la enfermedad económica con conocimientos científicos y no con “chochitos” como lo quiere hacer López.

La rápida propagación del coronavirus ha provocado pánico en todos los mercados, el capital de los inversionistas se mantiene con sus dueños y la devaluación de las monedas frente al dólar sigue aumentando. Las preguntas que más inquietan y que quiero contestar son: ¿Por qué todo lo que pasa en el mundo afecta nuestra moneda?, ¿Por qué es necesario que, en la pandemia, se ayude a las empresas si los más afectados aquí, son los más pobres? y ¿Qué medidas se tiene que tomar para que todo vuelva a ser estable?

Primeramente, todo lo que pasa en el mundo afecta a nuestra economía por que el mercado mexicano es muy débil y dependemos mucho de la demanda de insumos en otros países como Estados Unidos. Esto se debe en gran parte, a que el mercado laboral en México, es en su mayoría mano de obra barata. Entonces los sueldos son bajos y por eso las empresas manufactureras del mundo están en nuestro país. Pero donde se hace dinero de verdad, con un valor agregado es en países de primer mundo como Estados Unidos o Canadá.

Por otro lado, en una situación normal, el gobierno tiene la obligación de asegurar el crecimiento económico, así como de mantener baja la inflación y esto solo se puede lograr fomentando la demanda y controlando la cantidad de dinero que circula a través de la tasa de interés.  El gobierno sobrevive de los impuestos, producto de la actividad económica. Cada empresa que vende un producto o servicio genera impuestos y este va a parar a las arcas de la administración. Así se pueden financiar los programas sociales y el gasto de la maquinaria gubernamental, misma que genera más demanda y así más impuestos. Ahora, imaginen una situación donde las empresas no están en funcionamiento y el dinero que se ha recaudado solo se utiliza para gasto y para los programas clientelares; el dinero tarde o temprano desaparecerá. Por otro lado, si las empresas, que son las que generan empleo, siguen detenidas no habrá forma de aumentar los ingresos y la gente solo dependerá de lo que recibe del gobierno. Por eso la importancia de ayudar a las empresas.

A pesar de todo, para poder superar esta crisis, López tiene que dejar de regalar el dinero en dadivas o en proyectos inútiles, generar confianza y ayudar a las empresas a que regresen a su operación normal y puedan seguir manteniendo las plazas laborales. Gastar recursos en elefantes blancos como “Dos Bocas” y “Santa Lucia” no parece ser una respuesta sensata ni astuta por parte del presidente, más cuando el petróleo está a precios de risa y nadie quiere viajar. De nada sirve que todos los negocios estén abiertos, si no hay certidumbre o confianza en sí tendremos trabajo o si seguiremos vivos. La confianza es vital y para generarla, López tiene que demostrar que el país está a la altura de la situación y que puede adaptarse a cualquier problemática.

Lamentablemente en México la pobreza es un medio y no un fin a eliminar, todas las acciones que se llevan a cabo por parte del gobierno, tienen una intención electoral de fondo.  Manejar la necesidad es uno de los mejores negocios del mundo. Y aquí parece que para combatirla lo hacemos con métodos homeopáticos, la queremos erradicar sin aplicar la verdadera cura, con pastillitas, buscando que la esperanza de la clase baja, genere una fuerza que impulse el crecimiento.

El actual gobierno juega un papel importante para el futuro de México, sus decisiones marcarán el rumbo que seguirá el país en esta década. Con la Homeopatía, se recomienda usar “los chochos” como complemento para curar las enfermedades, pero sin dejar de usar la medicina convencional, en la administración pública se recomienda usar los programas sociales para ayudar a las empresas a fortalecer la economía de los más necesitados, no para sustituirla.  De lo contrario, que no nos extrañe que la economía convaleciente, entre en coma o deje de respirar.

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Últimos artículos



EDITORIAL | TOMO 10

PorALEXANDRA DANIELA CID GONZÁLEZ publicado 2020-09-04 En

Recordar el mundo hasta antes de marzo de este año resulta extraño. De entonces a la fecha, las dudas remplazaron a las certezas y la creatividad se convirtió en una habilidad de supervivencia. La forma de relacionarnos con los demás, incluida nuestra propia familia cambió, nos adaptamos a demostrar afecto a través de la distancia, a trabajar en horarios y espacios compartidos, a encontrar nuevas formas de llevar sustento a casa.
 
México ha demostrado ser una sociedad resiliente. En medio de una de las épocas más dificiles en los últimos tiempos, que ha dejado a más de cincuenta mil familias de luto tan solo en los últimos meses, en una crisis que no solo es en materia de salud, sino económica y de seguridad, es posible ver ejemplos de personas trabajando por adaptarse al cambio y ayudar, en lo posible, a los demás.
 
Sin embargo, toda realidad tiene contrastes. Si bien el personal de salud, literalmente, está entregando la vida para luchar contra el virus que ha provocado la contingencia sanitaria, el sistema de salud tiene carencias no solo propias de vivir en una era de pandemia, sino que presenta carestías derivadas de políticas públicas sustentadas en un falso concepto de austeridad.  Silvano Vitar explica las premisas sobre las que se fundamentan las políticas de austeridad y por qué y cómo estas al final, matan.
 
Dante Carrerón por su parte analiza las consecuencias que ha traido la extinción del seguro popular y la creación del INSABI y cómo esto ha influido en la difícil situación del sistema de salud en México.
 
En el mismo sentido, Pablo López de la Fundación Nariz Roja narra las decisiones que se tomaron para que al día de hoy, niños y niñas con cáncer sigan sufriendo de la falta de medicamentos en el país. Cuenta también acerca del esfuerzo que están haciendo desde esta Asociación Civil para recaudar fondos y apoyar a los padres y madres de familia en su lucha por el abasto de medicinas para sus hijos e hijas.
 
Por su parte Cristina Guzmán nos aproxima a comprender la realidad que viven las niñas y los niños con hipoacusia, una condición en muchos sentidos invisible. Lo cual, lo hace desde una perspectiva personal al narrar el camino que ha vivido con su hija, y ahora con familias como la suya, que trabajan unidas para lograr mejores condiciones de vida y oportunidades para sus hijos.
 
Martha Navarro reflexiona sobre los cambios en nuestros tiempos y se centra especialmente en el impacto que estos han tenido en la infancia en México. Le habla a padres y madres, a maestras y maestros,  invintándoles a asumir una perspectiva de colaboración, orientada a la comprensión del otro, el cuidado y la búsqueda del bienestar común partiendo del autoconocimiento y la autoestima.
 
En otro orden de ideas, Alejandro Velázquez rememora cómo ha sido el camino hacia la ciudadanización de los organismos electorales, así como la importancia que tiene el defender su autonomía y por lo tanto, nuestra democracia.
 
Miguel Peñaflor por su parte analiza las redes sociales como medios de información alternativos y el papel que han tenido en el debilitamiento del monopolio de la información, en la transparencia y en las nuevas interacciones sociales.
 
En la sección Otras Latitudes, el Diputado argentino Álvaro Martínez identifica cómo en el transcurso de este tiempo, las instituciones democráticas en su país han sufrido distintos atropellos, producto de un enamoramiento de la cuarentena bajo la falsa dicotomía de salud o economía, la cual, nos dice, solo le es funcional a los gobernantes adictos al poder. Escenario que es posible identificar no solo en la Argentina.
 
Finalmente Camilo Arenas de Colombia, presenta un análisis de la forma en la cual están trabajando los Parlamentos Hispanoamericanos en tiempos de Covid, momento histórico que plantea nuevos desafíos en el uso de las tecnologías en las democracias modernas.
 
En este décimo tomo de Humanismo y Sociedad, buscamos presentar ejemplos sobre la aportación que se está haciendo desde la sociedad civil organizada a los grandes temas en el México de hoy, así como los cambios y embates que las instituciones democráticas están sufriendo en estos tiempos en América Latina.
 
Esperamos que todas estas reflexiones contribuyan a la tan necesaria discusión pública y permitan revalorar la aportación de la ciudadanía, así como identificar aquellos conceptos, políticas públicas, posturas y toma de decisiones que ponen en peligro las instituciones de nuestra vida democrática, para poder encontrar puntos de encuentro, hoy más necesarios que nunca.


MENSAJE DEL PRESIDENTE | TOMO 10

PorJUAN FRANCISCO AGUILAR publicado 2020-09-04 En

Al momento de escribir este mensaje, hay más de 55,000 muertes por Covid en México. Día con día se actualizan los datos oficiales en la conferencia del Subsecretario López Gatell, los Secretarios de Salud de los Estados rinden su propio informe y Google tiene un contador que actualiza la información de manera permanente. Invariablemente, los datos son diferentes.
 
Desde los gobiernos de los Estados se ha manifestado que las cifras presentadas no corresponden con las que ellos reportan, identificándose un desfase de hasta tres semanas y un sub registro de casos y fallecimientos en todo el territorio nacional.
 
La cantidad de contagios, de personas hospitalizadas -por lo tanto de camas disponibles- y de muertes se han convertido en un recuento automatizado, presente en el discurso diario de gobierno y en el de los medios de comunicación.
 
El 10 de agosto, cuando había 53,003 mexicanos muertos, el Presidente en su conferencia criticó el conteo de personas fallecidas que hacen los medios de comunicación, en el que se señala el lugar mundial que llevamos en el número de decesos, en el que se ubica a nuestro país en este tema, para al final, decir que esto es muy lamentable (el conteo, no las muertes) y explica lo que a su parecer es la razón de las críticas: “no les gusta el cambio”.
 
Esta frase resume la postura que el gobierno ha tomado al momento de asumir responsabilidades por el fracaso en la estrategia de salud frente al Covid, frente al desabasto de medicamentos para niños y niñas con cáncer, frente a los años más violentos en la historia del país, en suma, frente a todo.
 
Esa postura indolente, que no asume responsabilidades, que no muestra capacidad de escucha y de toma de decisiones para cambiar el rumbo frente al fracaso, se ha convertido en un signo característico de este gobierno.
 
Esta incapacidad para corregir es una negligencia que día a día cobra vidas.  Lo que manifiestan al minimizar el conteo en el número de personas contagiadas y fallecidas, es que ven números, no nombres. Se les olvida que cada uno de los números que tanto les molesta que se sigan incrementando es un mexicano o mexicana, que son miles de familias en duelo.
 
Desde aquí envío mis condolencias a las familias de todos y todas aquellas personas que ya no están por esta terrible tragedia que estamos viviendo. Sirva también como modesto homenaje a las y los panistas a quienes extrañaremos. A las mujeres y hombres del país que se han ido en un corto tiempo por esta enfermedad. Recordamos sus nombres, son irremplazables.

#50milFamiliasdeLuto
 
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